María Folguera: “Elena Fortún padece toda la opresión de una época, la vive en su cuerpo”

La dramaturga, directora teatral y responsable artística del Circo Price, María Folguera, estrena en el Centro Dramático Nacional Elena Fortún. El montaje completa el díptico Sendero Fortún, dedicado a la autora de Celia. Entrevistamos a Folguera días antes del estreno en el Valle Inclán para conocer un poco más las claves de este montaje que se podrá ver hasta el próximo 8 de marzo.

Núria Ribas / @nuriaribasp

Folguera (Madrid, 1984) tiene ya una consolidada trayectoria sobre las tablas. Ha escrito y dirigido Hilo debajo del agua, El amor y el trabajo o La guerra según Santa Teresa, entre otras. Son suyos también textos teatrales llevados a escena por otros directores, como La blanca, La fuerza de la sangre y La hermana y la palabra. Autora también de obras narrativas, está a punto de publicar un pequeño ensayo sobre, claro, Elena Fortún.

P: Su relación con Elena Fortún es larga e intensa parece. ¿Qué la une a ella? ¿Por qué este interés?

R: Elena Fortún es una escritora referencial para mí. De niña y adolescente leí sus libros sin saber nada de la autora, pero con enorme admiración hacia su estilo claro y sensible, tan divertido como melancólico a ratos. En los últimos años hemos asistido a una recuperación de su importancia como artista, incluso a la edición de textos inéditos como la novela Oculto Sendero, que se ha revelado como un texto clave sobre la vivencia del deseo y el amor lésbico, en la España de las primeras décadas del siglo XX. O la publicación de su correspondencia con Carmen Laforet.

Para mí es un encuentro necesario con una genealogía escondida, sin la cual construirse una trayectoria artística puede ser una auténtica tortura. Conocer en profundidad autoras que admiras, sus errores, contradicciones y pequeños triunfos, te acompaña en la tarea cotidiana.

P: Y el texto dramático que se acaba de estrenar, ¿cómo surge la idea?

R: Bueno, surge porque Ernesto Caballero, entonces director del Centro Dramático Nacional, es también un gran admirador de Fortún, y había abierto una línea de trabajo sobre autoras modernas españolas como María Teresa León o María Lejárraga, otra amiga imprescindible en la carrera de Elena. Ernesto me propuso dedicar un díptico a Elena Fortún, compuesto por la versión teatral de Celia en la Revolución y por otro texto dedicado a la vida y obra de Encarna Aragoneses, el nombre de nacimiento de Fortún.

P: ¿Cómo dialoga, si es que lo hace, con la primera parte del díptico?

R: Inevitablemente existe un diálogo, porque Elena Fortún siempre escribió a partir de su realidad más inmediata, y en Celia en la Revolución, que no llegó a editarse hasta 1987, la protagonista acaba siendo Elena. De modo que hay diálogos que aparecen en ambas obras -los que transcurren en tiempo de guerra- pero en uno están dichos por Jorge y Celia, personajes ficticios, y en Elena Fortún están representados por Encarna y su marido Eusebio. Celia en la Revolución, adaptado por Alba Quintas, tenía la colosal tarea de llevar a escena una extensa novela, y tenía una forma lineal y en clave realista. Elena Fortún, texto y puesta en escena, se construye a partir de saltos temporales, metaficción, un pequeño teatro dentro del teatro.

P: Ese teatro dentro del teatro es algo bastante habitual en autores de la época de Fortún…

R: Exacto. Y esa es una de las claves del montaje, ese pequeño teatro sobre el escenario como lugar de exposición y a la vez de ocultamiento. A la vez puede entenderse como un lugar de transformación, de juego de identidad: un armario, un biombo. Nuria Capdevila-Argüelles, estudiosa fortuniana, a ella y a Maria Jesús Fraga, otra investigadora, dedico el texto y el espectáculo, ha demostrado cómo autores de esta época, Lorca incluido, relacionan teatro, cortina, armario, lo oculto y el lugar donde paradójicamente se dice la verdad.

De forma que Encarna/Elena dispone ella misma el cuento que nos va a contar e invita a los demás intérpretes a subir a jugar con ella… sin embargo algunos se mueven dentro del escenario, especialmente los vinculados a la vida social, matrimonial o laboral, otros lo desbordan, los personajes ficticios como Celia, Matonikí, Mila… Y otros personajes entran y salen por las grietas del armario, especialmente esas amistades más complejas de Elena, como Matilde Ras o Inés Field.

P: Volvamos a Elena. Cuenta la actriz que la interpreta, Montse Díez, que «uno de los retos es ser capaz de transmitir su universo emocional«. ¿Por qué es tan difícil?

R: Es difícil transmitir el universo emocional de Elena Fortún porque está compuesto por etapas contradictorias, por secretos y arrepentimientos. Padece toda la opresión de una época, la vive en su cuerpo y a veces la deja por escrito. Elena es una escritora tardía, ella accede a la escritura de forma intuitiva, y al llegar al Madrid de la Edad de Plata, junto a sus compañeras del Lyceum Club, encuentra un lugar de apoyo y crecimiento personal, hasta convertirse rápidamente en una best seller y en artífice de la prensa y la literatura infantil española.

Pero en su vida sentimental siguió siendo íntimamente decimonónica y sufrió por su incapacidad de adaptarse al matrimonio, al rol de esposa, a la heterosexualidad… En épocas de apertura social disfrutó de unos hábitos más afines a su deseo, pero los años 40 y su situación familiar pueden con ella y vence el sentimiento de culpa. No es una precursora infalible ni triunfal. No es unívoca. Pero deja pistas de sus contradicciones, y lo que es más importante, cuando se relaciona con escritoras más jóvenes como Carmen Laforet o Esther Tusquets siempre las anima a vivir con libertad y creatividad, nunca es tóxica respecto a las demás.

P: Parte de las contradicciones de Fortún parten de una falta total de igualdad en su época. ¿Cree que estamos avanzando en la igualdad entre mujeres y hombres, especialmente en el mundo de la cultura?

R: Creo que avanzamos un poquito cada día a fuerza de trabajar, dialogar, revisar, provocar(nos) crisis, alegrías y disgustos, pero el recorrido que nos queda por hacer es enorme. V de Vasto.

Elena Fortún se ha estrenado este martes 18 de febrero en el Teatro Valle Inclán y se podrá ver hasta el 8 de marzo. Texto y dirección: María Folguera. Intérpretes: Julia de Castro, Montse Díez, Irene Martín Guillén, Ana Mayo, Luis Moreno y Javier Pérez-Acebrón.

Para saber más: El Lyceum Club, la grieta en el armario de Fortún

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